miércoles, 11 de diciembre de 2013

Un pequeño esfuerzo

Cuando las cosas parece que van mal y nos negamos a ceder hace falta un pequeño esfuerzo. Muchas veces parece que la vida no para de ponernos obstáculos y de complicar un camino que podría ser un simple paseo. Pero todo pasa....solo hace falta algo de tiempo.
Uno de nuestros principales enemigos es el pasado. La constante visita de los recuerdos puede ser algo bonito, especial, que nos mantenga en contacto con otra parte de nosotros. Sin embargo el pasado puede ser nuestro mayor enemigo. Los malos recuerdos, las espinitas que no se borran por mucho que lo deseemos... Muchos de nosotros en algún momento hemos deseado resetear nuestro cerebro y olvidar pequeñas porciones de nuestras vidas o de las vidas de los que nos rodean, y volver a la tranquilidad.
Yo creo que lo ideal sería encontrar el equilibrio. Almacenar los buenos recuerdos pero sin quedarnos anclados en ellos. Aprender de los errores del pasado sin mantener las culpas ni los reproches. Lo que realmente importa es sentirnos tranquilos y seguros de nuestras decisiones, enmendar las malas acciones (y sobretodo rectificar y disculparse si hemos herido a alguien por el camino) y aprender que lo que debemos cultivar es el presente para poder también luego vivir un buen futuro.
Os dejo una canción que habla de esos días mejores, ese pasado glorioso que todos tendemos a recordar en algún momento y que nos hace añorar cosas o personas que han desaparecido de nuestra vida, esa morriña que a veces nos visita.
Llegará un día en el que aprendamos a quedarnos solo con lo bueno de las cosas. Y es que en las experiencias vividas siempre ganamos, o por los buenos resultados o por la lección que aprendemos. Lo importante de verdad es recordar que por muy oscuro que veamos el camino mañana será un día más brillante...


1 comentario:

  1. Eso es lo que me digo yo siempre. Muchas veces me acuerdo de meteduras de pata que he tenido (no hablo de mínimas equivocaciones, sino de herir a personas sin querer o a mi misma, por tozuda) y se me pone cara de haber mordido un limón. Sin embargo, como bien dices, sin esas experiencias no estaríamos donde estamos, ni habríamos recolectado el otro buen montón de buenas experiencias. Y seguiremos metiendo la pata, sin duda, pero sólo para saber luego darnos una buena palmadita en la espalda cuando hacemos otra cosa bien. A quererse!

    ResponderEliminar